Hubo paella de calamar en ese último capítulo y el matador se trepó a la b nacional después de ganar apertura y clausura en campañón de antología.
Con el pescador, el juez y evo saltamos a la cancha para dar nuestra propia vuelta olímpica y hasta nos animamos al avioncito de rambert con aterrizaje y derrape incluidos.
En el medio de los festejos asomó la figura de un Ricky Sarkany sacado al mango. En cuatro patas y actitud frenética, el tipo arrancaba un pan de pasto para llevarse de souvenir.
Ricky tenía cámara y nosotros lo mirábamos con una envidia más enferma que la enfermedad itself porque nos habíamos olvidado la nuestra.
A Ricky le sobra onda así que se sacudió la tierra de las manos, peló su mejor sonrisa y se ofreció a retratarnos.
El marco era un caramelo porque a la pinta de los modelitos sumale un fondo enrojecido a pura bengala. Bengalas de tirar para arriba, no de apuntar a la gente.
Ricky se creyó en una de sus producciones mega y nos tuvo un rato posando y exhibiendo sonrisa de acalambrarse la mandíbula mientras disparaba desde todos los ángulos.
Nos despedimos con beso y le anotamos nuestro mail en un papelito.
Ricky se perdió entre la gente y como estábamos bien para arriba nos mandamos a dar otra vuelta olímpica.
El que entró en escena al trote fue el Beto Casella. Nos pusimos a la par y lo acompañamos algunos metros mientras le gritábamos que su programa de entonces era de lo más pelotudo que había en el aire. El tipo nos sonreía y asentía en medio del quilombo que no dejaba oír una goma.
El final de la joda nos encontró tratando de mandarnos a los vestuarios para festejar con los jugadores, pero la cana andaba de cachiporra fácil así que nos fuimos a la mierda.
La película de aquel día se me vino a la cabeza cuando vi la gráfica de una mina mostrando pepés made in Ricky. Pepés que son mas feos que agarrártela con el cierre pero que no te salen menos de cinco gambas.
Se me dio también por pensar si Ricky, que vende la imagen de un tipo progre y gay friendly, fabricará o no zapatos para travestis que son horma ancha y no te bajan de un 43.
Debimos habernos imaginado que no podíamos esperar mucho de un tipo que no llega al metro sesenta y que además usa barba candado.
Ricky, copate y mandanos las fotos.
Con el pescador, el juez y evo saltamos a la cancha para dar nuestra propia vuelta olímpica y hasta nos animamos al avioncito de rambert con aterrizaje y derrape incluidos.
En el medio de los festejos asomó la figura de un Ricky Sarkany sacado al mango. En cuatro patas y actitud frenética, el tipo arrancaba un pan de pasto para llevarse de souvenir.
Ricky tenía cámara y nosotros lo mirábamos con una envidia más enferma que la enfermedad itself porque nos habíamos olvidado la nuestra.
A Ricky le sobra onda así que se sacudió la tierra de las manos, peló su mejor sonrisa y se ofreció a retratarnos.
El marco era un caramelo porque a la pinta de los modelitos sumale un fondo enrojecido a pura bengala. Bengalas de tirar para arriba, no de apuntar a la gente.
Ricky se creyó en una de sus producciones mega y nos tuvo un rato posando y exhibiendo sonrisa de acalambrarse la mandíbula mientras disparaba desde todos los ángulos.
Nos despedimos con beso y le anotamos nuestro mail en un papelito.
Ricky se perdió entre la gente y como estábamos bien para arriba nos mandamos a dar otra vuelta olímpica.
El que entró en escena al trote fue el Beto Casella. Nos pusimos a la par y lo acompañamos algunos metros mientras le gritábamos que su programa de entonces era de lo más pelotudo que había en el aire. El tipo nos sonreía y asentía en medio del quilombo que no dejaba oír una goma.
El final de la joda nos encontró tratando de mandarnos a los vestuarios para festejar con los jugadores, pero la cana andaba de cachiporra fácil así que nos fuimos a la mierda.
La película de aquel día se me vino a la cabeza cuando vi la gráfica de una mina mostrando pepés made in Ricky. Pepés que son mas feos que agarrártela con el cierre pero que no te salen menos de cinco gambas.
Se me dio también por pensar si Ricky, que vende la imagen de un tipo progre y gay friendly, fabricará o no zapatos para travestis que son horma ancha y no te bajan de un 43.
Debimos habernos imaginado que no podíamos esperar mucho de un tipo que no llega al metro sesenta y que además usa barba candado.
Ricky, copate y mandanos las fotos.
juajuaaa!! sos un divague!!!
ResponderBorrarAguante beto Cassella, jaja!
ResponderBorrarobviamente el papelito quedó tirado en la cancha, jaja!
ResponderBorrarte la agarras seguido con elcierre ??? buena ancedota pluma!
ResponderBorrarEl juez tambien se olvidó la maquina de fotos???????? eso es inverosimil!!!
ResponderBorrarfabricar zapatos para travestis ... ojo que veo un negocio ahi eh!! ah! un poco mas de respeto por el señor beto casella!!
ResponderBorrarmuy bueno pero estas cada dia mas loco!!
ResponderBorrarGenial!!!
ResponderBorrarCómo nos cagó ese pibe!!!
ResponderBorrarYa te habías fumado un caño cuando te hiciste de ese equipo, encima escribis esto, Aflojaaaaaa !!!
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