Avatares en lo de Tío Sam (IV)


Lo estaba esperando. En la universidad podés matar el tiempo con bocha de cosas fuera de clase. Cosas distintas a las que hacemos en Argentina o por lo menos disfrutadas de otra manera.

Pero no son muchas las oportunidades que tenemos para destacarnos por encima del resto. Pocas chances de mostrarnos y que digan ah, este flaco es argentino, de una. Así que no la vamos a desaprovechar.

Qué poco me importa que haya doce grados bajo cero o que tenga que salir a comprar pilcha acorde. No, papá, todo eso es naderías al lado de la posibilidad de mostrarle al mundo el talento argento.

La previa es tremenda. Los brazucas no paran de boquear, son insufribles. Hasta los colombianos se prenden como si hubieran hecho algo más que clavarnos cinco pepas in-ior-feis. Nosotros hablamos en la cancha.

Los criollos que nos animamos a los cortos no llegamos a once así que armamos un combinado con cinco tanos, gente con tradición de buen pie y que maman el calcio desde la cuna. Y mientras intentamos entrar en calor, el que parece ser el capanga de ellos me guiña el ojo: non ti preoccupare che li vinciamo sicuro, pane mangiato.

Los cafeteros y los garotos se juntan para armar el otro equipo. Qué lindo, qué lindo, vamos a mostrarles cómo se trata y se mima a la caprichosa. Unos cuantos yanquis se acomodan al costado de la cancha. Perciben que hay promesa de buen soccer. No se equivocan.

No pasan cinco minutos y ya estamos tres goles abajo. Mamita, el peludo que nos están dando roza lo escandaloso. Hay dos garotos que la tienen cosida con tanza. La esconden, la muestran, la vuelven a esconder. Y los colombianos tic-tac-tic-tac, son una cosa de-lo-cos.

Resulta que los tanos parecen no haber jugado en su puta vida en otro lado que no fuera la play. Ni siquiera catenaccio, dejáte de joder. Esto es humillante loco, no nos puede estar pasando. Le podemos echar la culpa al frío, pero los de enfrente deberían sufrirlo el doble.

Y mis compatriotas, sin palabras. Somos treinta y cinco millones y me viene a tocar un puñado de entusiastas que no pueden embocarle a un compañero y que hablan como si fueran técnicos del Barcelona.

Otro gol, y otro, y otro. Esto tiene que terminar, como sea. Veo dos salidas: me tiro al piso y acuso lesión así me rajo y no soy testigo de semejante paliza, o me disfrazo de Giunta y le doy murra a todo lo que se mueva.

Empieza a nevar fuerte y se suspende el partido. Bendición divina. Qué alivio. Uno de mi equipo, argentino obvio, se anima a un justo que estábamos por darlo vuelta. El chabón éste tiene la cara más dura que las piernas.

Ahora habrá que aguantar lo que viene. Los brazucas son de gastada fácil, los colombianos no se quedan atrás.

Hay que lavar esta vergüenza. Para la revancha soy capaz de hipotecar mi futuro y contratar un vuelo charter para traerme a la reserva de Acassuso. Pero lo veo poco viable.

Dos días después estamos ante la oportunidad del ansiado desquite. Enfrente, otra vez, un combinado de brasileros y colombianos, y de este lado uno de argentinos e italianos.

El baile que les damos es de novela, con un repertorio de lujos de esos que llenan los ojos. Yo casi no participo, soy espectador privilegiado. Belleza neneee. El gustito de la venganza no tiene precio.

Qué clara la tienen los tanos en la play.

5 comentarios:

  1. nooo, decime q esto no pasó... encima los barzucas deben ser insoportables cuando se ponen a gastar...
    saludos.

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  2. Jajajaja!!!
    Una delicia!
    Podríamos hacer un torneito con Los Nonos... No?
    Naaaaa!!! Un 83% del equipo se quedó juando al Antartic en el Atari.
    Abrazo Juampi!
    Hojear tu blog es un orgasmo literario :-)

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  3. la reserva de Acassuso?? en cualquier torneo amateur te aseguro que conseguís algo mejor.
    me gustó el relato, bien ahi.

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  4. "Y mientras intentamos entrar en calor, el que parece ser el capanga de ellos me guiña el ojo: non ti preoccupare che li vinciamo sicuro, pane mangiato."

    Sen-sa-cio-nal. Una frase de antología. Y unos tanos atorrantes para el recuerdo y una historia que ganas 1000 partidos chivos.

    Abrazo, el Punga.

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  5. En argentina hay muchos que juegan bien pero en Brasil juegan bien todos!!!!
    Que bajón comerse una paliza asi!!

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