Las crónicas de Mameluco: la verificación


Maté dos pájaros de un tiro. Aprovechando que tenía que hacer la verificación del auto para venderlo, me mandé con anotador y lápiz para cubrir este trámite que todos pintan como un verdadero dolor de ganglios. El grabador digital y la cámara ídem no pude llevarlos porque me los afanaron en la marcha contra la inseguridad.

Caí a eso de las nueve de la matina y la fila de autos daba toda la vuelta a la manzana. En materia de parque automotor tenías de todo: naves de no creer, otros que ni fu ni fa y más de uno de esos que se arrastran pidiendo a gritos un tiro en el cigüeñal y que se publican como mecánica joya nunca taxi. Entre estos últimos está el mío.

Soy Mameluco, un tipo de contactos. Por eso llegué sabiendo que no había que darle bola a la fila y que tenía que preguntar por el oficial Luna. El uniformado me iba a evitar la espera a cambio de un veinte bien dobladito.

Luna me atendió con una cara de orto que le llegaba a las rodillas. Le dije que venía a hacer la verificación mientras le guiñeaba un ojo de manera aparatosa. Me mandó a hacer la fila como todo el mundo.

Las casi tres horas de espera que me esperaban me animaron a buscar algunos testimonios.

El primero en hablar fue un tipo de unos cincuenta que amablemente bajó unos cinco centímetros el vidrio de su Audi A4. "Estoy desconsolado. Hace quince minutos que tendría que haber empezado mi clase de scuba diving y acá me ves, esperando que la burocracia corrupta se digne mirar si el numerito del motor coincide con el que figura en la cédula verde. Y encima mezclado con autos de todo tipo, un horror. Debería haber un vip para gente como nosotros".

El dialogo se interrumpió porque apareció un empleado de la dependencia policial con una manguera y una especie de taladro de punta cuadrada. El empleado le informó al señor del Audi que por ochenta pesitos le hacía el grabado del número de chapa en los vidrios.

El tipo se bajó de un salto, aterrado de que el flaco le hiciera cagar el auto con esa cosa.

"Pero jefe, los cristales ya están grabados".

"Sí, papi, pero cambió la legislación. Ahora hay una ley que obliga a que los grabados sean arenados. Los que se hicieron con químicos, como es su caso, no corren más".

"Pero por qué no te vas a la recalcada de tu madre".

Lo dijo con la mirada, no hizo falta que la frase saliera de esa boca de dientes apretados. Aparte le hubiera salido carísimo porque sobraban milicos con cantiporras que buscaban costillas.

El hombre se seguía quejando y entonces el empleado policial sacó a relucir toda su diplomacia de tipo que juega en primera: "si querés me podes hablar toda la mañana y yo te voy a responder con fundamentos".

Le dijo también que si quería hacer el grabado en otro lado que ningún problema, pero que se cuidara de que fuera con el método homologado por ley. El hombre del Audi se tuvo que bajar los lienzos y bancarse que le hicieran el grabado "oficial" que escondió al auto detrás en una gran nube de polvo.

Un par de lugares más atrás había un gacel ochenta y nueve, boliche móvil donde sonaba al taco la última entrega de Don Omar. El gesto del vago que lo manejaba era de absoluta resignación y desconsuelo.

El oficial le gritaba sobre la musica una y otra vez: "papi, qué querés que le haga. Volkswagen va con ve corta, tenes que llenar el formulario de nuevo". Preferí que mejor no hacerle nota por falta de garantías.

A la que sí encaré fue a una mina de unos treinta que insultaba en todos los idiomas. Se había fumado una cola de tres horas y el verificador le decía que tenía que lavar el motor y volver en otro momento porque no se podía leer el número de chasis.

"Son unos inútiles, me hacen perder el tiempo como si no tuviese nada que hacer".

"Señora, si no quiere perder más tiempo haga más rápido lo que yo le digo así terminamos antes el trámite".

La señora estaba en llamas. Se me acercó y me dijo en secreto que tenía una automática debajo del asiento y que en cualquier momento abría fuego contra toda esa manga de burócratas inútiles. Decidí buscar otro testimonio.

Volví a mi bólido. Como lo había dejado apagado y sin nadie adentro, cuatro o cinco autos me habían esquivado y pasaron a estar adelante mío. En una hora no habia avanzado ni medio metro.

¿Qué somos, todos vivos? Sin dudarlo enfilé derecho para uno de los colados, un corsita verde con los vidrios polara. Ahí nomás le grité que le daba treinta segundos para correrse y dejarme pasar.

Se lo dije antes de que bajara el vidrio. Error. El cristal iba bajando lentamente y lo que aparecía del otro lado era la interminable cabeza de una especie de Kanghai el Mongol que refunfuñaba y me preguntaba qué carajo quería.

Sólo atiné a pedirle fuego para un faso que no tenía. Segundos después me di cuenta de que no me creyó.

El horco estaba doblado tipo tríptico adentro del auto, pero enseguida se incorporó y se me puso enfrente. Mi vista quedó a la altura de una hebilla copada con las iniciales del chabón: TM.

Lo último que escuché antes de perder el conocimiento fue lo que dijo una señorita que iba del lado del acompañante: "al fin aparece alguien para desquitarse de estas dos horas de espera".

Desperté al rato en una especie de camilla dentro de una salita del destacamento. Me acompañaban dos policías que habían querido intervenir y también cobraron. Ni rastros del horco.

Cuando me vieron levantarme me devolvieron los pedazos de dos caninos y un premolar que habían metido prolijamente en una bolsita y me despidieron: "Su auto no pasaba la verificación ni que la hubiera hecho Andrea Bocelli. Pero dice Luna que un desparramo como el de hoy no se ve todos los días y nos mandó a aprobar el tramite lo mismo".

El veinte me lo aceptaron igual.
.

8 comentarios:

  1. juajuaaaaaaa!!! aguante Mameluco y su ballet!!

    ResponderBorrar
  2. que paso meameluco te choriaste el blog de pluma??? vos si que la tenes clara kajajaja !!

    ResponderBorrar
  3. ESpectacular!! Pluma fue el que hizo escuela, tenelo claro Mameluco!!

    ResponderBorrar
  4. noooooo, el arenado es mundial, jajaja!
    coincido con el anterior: lleva el sello de pluma!

    ResponderBorrar
  5. "si querés me podes hablar toda la mañana y yo te voy a responder con fundamentos".
    jajajajaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! TEngo la imagen del empleado, tremendo! jaja

    ResponderBorrar
  6. Andrea Boccelli???? no podeeeeeessssss ser tan hdp!!!

    ResponderBorrar
  7. que bueno que volviste ! te extrañamos, contás las historias de Mameluco mucho mejor que Mameluco...

    ResponderBorrar