Mameluco de safari


Al día siguiente del partido contra Nigeria, Mameluco tuvo que bajar la cabeza y llamar a su jermu para manguearle un giro porque estaba en rojo furioso. Se comió una buena cagada a pedos pero consiguió que su suegro, un buena onda al que no le importó que alguna vez Mameluco se hubiera llevado a su hija en orsay por un fin de semana, le depositara unos mangos para tirar unos días.

Pero tenía que pensar en algo porque no era suficiente. Cuando pasaron los tres días que había garpado por la posada antes de salir, M’Busaka se compadeció y le bancó la estadía. Le dio pensión completa a cambio de barrer, limpiar, cocinar, lavar, planchar y un par de cositas más. En la media hora que tenía libre por día, Mameluco veía el resumen de la fecha del mundial en la tevé siete pulgadas.

Se venía el partido contra Corea y Mameluco no sabía qué carajo hacer. Tenía su entrada y pensó seriamente en venderla para hacerse de unos mangos más. Pero como ya se había perdido el primero prefirió guardarla y en todo caso después vemos. Se lo planteó a M’Busaka y el grone aceptó a regañadientes darle ese día libre, pero a cambio debía hacerle de asistente en el safari que tenía organizado para el día anterior al partido de Argentina. Su acompañante habitual no podía esa vez porque todavía tenía el muñón en hielo mientras seguían abriendo cocodrilos para ver si encontraban su mano.

Además de la posada, M’Busaka tiene este mini emprendimiento que consiste en llevar turistas al parque nacional para ver de cerca todos los animales salvajes que ofrece el lugar. Animales salvajes pero de los que van al frente, no como en el zoo de Luján que te dejan entrar en la jaula de los leones y los podés acariciar y hasta hacerles un nudo con alambre de púas en las bolas que no se van a mover de lo dopado que están.

El target de gente que lleva M’Busaka es la que gusta del turismo aventura pero aventura posta. Los mismos que vienen a nuestro país y piden hacer un tour por la isla maciel o compartir paravalancha con la guardia imperial, después se anotan en el safari de M’Busaka para intentar sentir más adrenalina. Algunos lo logran.

Justamente por no ser parte del circuito turístico, el itinerario del safari no es, digamos, lo convencional. No, la joda arranca ingresando al parque por una zona que en teoría está vedada a cualquier presencia turística porque está habitada por una tribu de caníbales que no te dejan ni el caracú. Pero M’Busaka, viejo zorro, se los metió en el bolsillo trayéndoles agua potable, medicamentos y tirándoles cada tanto algún turista para calmar un poco la ansiedad.

Antes de salir, los convidados al safari se juntaron en el galpón que M’Busaka tiene al fondo de la posada y los hicieron meterse en la caja de una chata destartalada que había allí. El morocho les dijo que permanecieran acostados debajo de una lona verde que los cubría por completo, sin moverse, sin hablar, sin hacer el mínimo ruido. Nadie tenía que saber que en esos seis metros cuadrados había quince personas.

Durante las dos horas que marcharon con destino incierto y saltando como locos, Mameluco intentó por todos los medios desenterrar su nariz del sobaco del francés que tenía al lado. No pudo.

Cuando finalmente sacaron la lona que los cubría, Mameluco y el resto de los turistas se encontraron a la entrada de un poblado perdido en el medio de la nada más absoluta. M’Busaka les pidió que por ninguna razón salieran de la chata y se fue. Mameluco recorrió el lugar un poco con la mirada y casi le da un infarto cuando vio a un grupo de morochos que calzaban la camiseta argentina. Uno de ellos, totalmente sacado, gritaba vaaaaaaaaaamos argentina vaaamosss, con una pasión como desproporcionada. Otro se acercó a la chata y mostraba su billetera con la foto de dos nenas, que no eran lo que se llama modelos de calendario. Hasta ese día Mameluco creía que Lesotho era un invento de coca cola.

Al rato volvió M’Busaka y dijo que ya podían bajarse y pasear un rato. Mientras los turistas hacían migas con las morochas, M’Busaka le pegó una revisada a la chata porque venia haciendo un tracatrac-tracatrac que no le gustaba ni medio. Preguntó por un mecánico y lo mandaron al único que había en ese lugar, M’Buhía. Al final se tuvo que arreglar solo porque M’Buhía solamente atendía Volvo.

Cuando retomaron el safari, el ruido era peor pero M’Busaka mostraba su sonrisa gigante y decía que estaba todo okey, que no había de qué preocuparse y que se prepararan para el tramo de los leones. Mameluco preguntó si la chata no debiera tener alguna malla metálica protectora o algo similar. M’Busaka agrandó todavía más su sonrisa.

A los pocos kilómetros tuvieron que parar porque el ruidito inofensivo se transformó en una correa rota y la chata dijo basta pa. El poblado había quedado unos quince kilómetros atrás y no se veía más que una llanura inmensa y una loma un poco más allá. M’Busaka se paró encima del techo de la chata para ver si veía algún movimiento. Enfocó un toque a través del polvo que volaba y no dejaba ver bien y pudo divisar uno de esos bondis que hacen safaris top, que venía a los pedos y haciendo slalom. También llegó a ver cuando derrapaba, daba dos trompos y volcaba sobre el costado del camino.

M’Busaka se bajó del techo y dijo que necesitaba dos valientes para caminar esos dos o tres kilómetros que los separaban del bondi accidentado y ver qué había pasado.

Dos boludos querrás decir, llego a balbucear Mameluco.

M’Busaka interpretó su intervención como ofrecimiento y antes de que Mameluco pudiera meter bocado le tiró un rifle y un machete, por las dudas. Un turco que venia con ellos y que estaba más loco que la mierda también se sumó.

Tardaron casi una hora en llegar porque M’Busaka cada tanto se paraba en seco y les hacia dar un rodeo para evitar a las serpientes. El turco flasheó con una que se acercaba intimidante directo a donde estaban ellos. Le impresiono el tamaño, lo negra que era y como se movía. Mameluco le mando que si tenía pensado quedarse en la posada que mejor aprendiera a defenderse de esa especie porque son letales.

Cuando los del bondi los vieron acercarse se creyeron salvados y gritaban de alegría. Mameluco no tardó en reconocer al que parecía manejar al grupo. Era el chino Garcé. Tenía razón el diego cuando dijo que el chino era líder y que por eso lo había llevado al mundial. Al lado de él había uno con terrible cara de gil, cachetes colorados y sonrisa nerviosa. Era Fernando Niembro, otro que estaba de regalo en el mundial.

A Mameluco enseguida le llamo la atención un pibe que lloraba como un nene en un rincón del bondi dado vuelta. Era Leo Di Caprio, que no podía disimular el cagazo padre que le producía la situación.

Niembro se había instalado bien pegadito a Di Caprio y le tiraba onda. Hacia comentarios pelotudos como por ejemplo que al lado de todo lo que tuvo que bancarse Leo en Diamantes de Sangre, aquello tenía que parecerle una huevada. También llegó a preguntar a todos los que estaban allí si sabían cuánta carne necesita comer un león para completar su dieta diaria. Comentarios no muy diferentes a los que tenemos que soportar en todas sus transmisiones, donde tira datos que no le importan a nadie y hace chistes que sólo entienden los que trabajan con él. Un pelotudo que está palo y palo con Cristian Garófalo, lo cual es mucho decir.

M’Busaka fue a ver al chofer que permanecía en la misma posición que quedó con el vuelco. Parece que se había agarrado un pedo de novela porque uno de los turistas le había convidado de su petaca y el morocho nunca antes había probado el alcohol. El tipo seguía diciendo que tuvo que hacer esa maniobra brusca porque se le había atravesado una manada de búfalos entre los que aseguraba haber visto al Ogro Fabbiani.
M'Busaka sacó la correa del bondi y se le metió en la campera. Dijo que ya no la iban a necesitar.

En un momento Di Caprio dejó de llorar y se acercó a Mameluco. Sacó la chequera y ofreció cincuenta lucas verdes si lo dejaba ocupar su lugar en la chata. M’Busaka lo trompeó a Mameluco con la mirada, manoteó el cheque y se alejó con el turco y Leo.

Mameluco se la bancó bastante bien los dos días que permanecieron todos encerrados en el bondi para que no se los devoraran las fieras. Lo único que rompió la monotonía de la escena fue un jeep que apareció presuroso para buscarlo a Niembro porque tenía que ir a relatar el partido contra Corea. A Garófalo lo dejaron porque se había hecho una encuesta en tyc sports preguntando a la audiencia si valía la pena hacer un operativo para salvarlo y los resultados digamos que no lo favorecieron.

Finalmente M'Busaka volvió con la chata para buscar a Mameluco porque la posada ya era una cosa insufrible y necesitaba una buena limpieza. La goleada contra Corea ya era historia y Mameluco no tuvo tiempo ni para ver la repetición. La entrada que nunca vendió se la metió bien en el (biiip) y puso todas las fichas en el último partido de la primera fase, contra Grecia.

.

16 comentarios:

  1. jajja, mortal la encuesta de tyc para no buscar a garofalo... q tipo pelotudoooooo

    ResponderBorrar
  2. muy buenooooooo!!! ya que viene en diferido anda diciendonos si mameluco ya volvio a argentina o si sobrevivio a los cariños de busaka y compañia!!

    ResponderBorrar
  3. serpientes letales, no podessssssss... pobre mameluco...

    ResponderBorrar
  4. Excelente!! Todas le pasan a Mameluco, contanos una que le haya salido bien!!!!

    ResponderBorrar
  5. Uh... te fumaste el jardín japonés entero!!!!

    ResponderBorrar
  6. Muy bueno!
    Ahora, antes de volver al fútbol (confío en tu vuelta), tratá de no nombrar más a Mame...porque me parece que ese pibe es mufa...!
    Hay un par de frases divertidas, pero yo que vengo atrasado, me morí con la de los negros con el muñeco prendido fuego...
    Abrazo

    M´JMO

    ResponderBorrar
  7. Una masa Mameluco!!! Lo bancamos a muerteeee!!! que sigan las cronicas que no tienen desperdicio! Niembro y sus datos que no sirven para una mierda estuvo genial, jaja!

    ResponderBorrar
  8. EL ogro Fabianiiii??????? jajajaja! estas totalmente limado JPp pero me haces cagar de risa... un genio mameluco!!!

    ResponderBorrar
  9. Muy bueno el post. igual lo mas rescatable son los palos para niembro que es in-so-por-ta-ble!!

    ResponderBorrar
  10. Sea lo que sea que haya tomado el chofer del bondi no es nada comparado con lo que te inyectaste vos para escribir esto...

    ResponderBorrar
  11. pobre mameluco!!!! me da pena!!! contanos una buena!!

    ResponderBorrar
  12. Mameluco viene con delay y pluma intrepida tambien!!!!! No me imagino lo que escribiras del partido de alemania

    ResponderBorrar
  13. 24 parrafos, 1605 Palabras y no pudiste cerrar la historia, la fuiste llevando hasta un lugar del que no pudiste salir y tuviste que apagar la termica de repente para que no se te duerma la audiencia.
    Por favor quiero un poco de lo que estàs fumando porque hace bastante daño...
    No se te sirve par tu convalecencia o no pero por favor tira el dato de donde se consigue.
    m`jmo dejate de joder, ni tu nene se rie con eso

    ResponderBorrar
  14. Espectacularrr! Lo de la serpiente... Q hdp!!

    ResponderBorrar
  15. Tal cual lo del zoológico de Luján, los leones parecen embalsamados pobres pibes. También podes tocar los conejos pero yenes que tener cuidado porque no le dan de comer muy seguido y capaz que terminas como el ayudante de mbusaka.

    ResponderBorrar