Pluma tiene corresponsal en Sudáfrica


El presupuesto del blog apenas llega a cubrir el Tienda León hasta Ezeiza. No había forma de mandar corresponsal a Sudáfrica así que la dibujé tirándole el laburo a un conocido, Mameluco Aguirre. El tipo ya tenía el viaje armado y agarró enseguida a cambio de un póster desplegable del matador Kempes que yo atesoraba desde que salió en la revista Goles hace treinta y dos años.

A Mameluco no se le cae una moneda, la vive peleando. Durante cuatro años juntó franklin sobre franklin para ver realizado su sueño de estar en un mundial. Para ahorrarse unos mangos, durante casi dos años almorzó todos los días en una pizzería cuarto pelo que abrió el dueño de Ugis cuando fue absuelto luego de indemnizar a los cientos de intoxicados. A los que sobrevivieron. Mameluco salió muy bien de la cirugía que tuvieron que practicarle para salvarle el hígado, y para su increíble recuperación fue fundamental el buen estado físico que logró por la rutina de las cuarenta y ocho cuadras diarias que se pateaba para ahorrarse un par de morlacos más.

Todo esto -sumado a un par de laburitos no del todo ortodoxos que no puedo detallar acá- le permitió a Mameluco hacerse de una suma que fue juntando en una caja de zapatos que tenía escondida atrás de unas valijas vacías en un viejo placard de su casa.

La ilusión era grande, pero la vida le puso una prueba de fuego. Su mujer, que ni puta idea tenía sobre esta movida, quiso hacerle una sorpresa y llamó a un carpintero para que arreglara el mueble. El buen hombre encontró la caja y le pintó llevársela como souvenir, justo un par de meses antes de que arrancara el mundial. En lugar de un Bonadeo, a Mameluco le salió una operadora de movistar en el dedo de tanto llamar al carpintero, que dio de baja su celular para que nunca más lo ubicaran.

Fue un momento duro, una decisión difícil. Porque hay que tener huevos para endeudarse y tomarse el palo igual sabiendo que la familia va a alternar polenta-arroz-fideos más vacaciones en pelopincho de patio durante unos cuantos años. Un valiente Mameluco, aunque no tome coca light.

Cuando Mameluco puso un pie en el avión un par de cosas lo desvelaban: que le fuera bien a la tropa de d1Os y que en su casa no cortaran el gas por falta de pago. Bueno, también lo desvelaba saber si al gordo fragancia subte-be-hora-pico le iba a tocar asiento en su misma fila. Le tocó.

Hacía tiempo que Mameluco no viajaba en avión. La última vez había sido cuando se hizo pasar por enfermo para viajar a Bariloche en el avión sanitario que manejaba su cuñado. La joda terminó con cuatro días de calabozo. Su cuñado maneja un coche de alquiler.

Mameluco estaba como con una ansiedad difícil de disimular, pero la emoción por rumbear para un país tan exótico se le fue antes de terminar el primer tramo de los ocho trasbordos que tenía ese vuelo de promoción. Eran casi todos argentinos y aquello no le pareció tan diferente a tomarse el charter sin habilitación que hace Retiro Aldo Bonzi.

Las azafatas les dieron la bienvenida y al toque se guardaron en algún cubículo del avión, lejos del alcance de esa manga de impresentables que eran garantía de bardo a bordo.

El avión venía demasiado generoso en calefacción y el gordo compañero de fila empezó a pelar pilcha hasta quedar con los shores tres tiras y una musculosa tiro alto que no llegaba a taparle el ombligo. Los lípidos se montaban sobre el apoya brazos y avanzaban sobre el asiento de Mameluco, que hacía la parabólica humana para alejarse de esa masa aceitosa.

El gordo no venía solo. Lo acompañaban otros doce barras de Deportivo Riestra que le pusieron calor, color y sobre todo mucho olor a las treinta nueve horas totales que sumó el viaje.

Después de usar los marcadores cortesía de la aerolínea para recuperar parte de su fisonomía, Mameluco se bajó del avión con el resto de la muchachada y se encontró con un ejército de policías comandado por uno bien oscuro que sacudía una lista para todos lados. Los barras estaban junados y querían mandarlos de vuelta.

Los vagos trataban de hacerse entender para convencer a los milicos de que ellos nunca habían tocado el pianito en una comisaría. Pero si de pedo se les entendía en castellano, en inglés no tenían chances. Mameluco tiene hasta segundo año de icana y no tuvo mejor idea que ofrecerse de intérprete. Error, lo sumaron a la lista.

Mameluco y los barras fueron a parar a un cuartito decorado con láminas que mostraban a leones gigantes almorzándose a gacelas indefensas. Esperaron un par de horas hasta que apareció el oscuro. Lo acompañaba un rati de la federal, buzarda prominente cementerio de medialunas conseguidas siempre de garrón. Poco importó que no tuviera primario completo cuando lo mandaron para hacer inteligencia e identificar a los argentinos que fueron a hacer quilombo. El poli argento y el oscuro se comunicaban con señas porque el nuestro sabía menos inglés que los barras.

Después de un interrogatorio que duró cosa de media hora, se fueron los milicos y los dejaron otra vez en el cuartito. Los barras empezaban a impacientarse porque habían llegado medio sobre el pucho y el partido contra Nigeria era ese mismo día.

A la media hora irrumpieron los canas y se llevaron a ocho barras, gritando que tenían que volverse. El gordo quiso resistirse y durante los cinco minutos que duró la paliza mandó las mejores puteadas que Mameluco escuchó en toda su vida. A los otros barras los largaron pero a Mameluco lo retuvieron un rato más para preguntarle qué carajo tenía que ver con los deportados.

Cuando le dieron luz verde para tomárselas, Mameluco se encontró con que la camioneta que tenía que llevarlo a la posada se había hinchado las bolas de esperar y se había tomado el palo. Averiguó con un par de taxis pero le cobraban el equivalente a siete noches en la posada.

Mameluco pensó que si alguna vez se tomó el 146 que va a Ciudadela Norte y llegó a presenciar cómo le cortaban dos falanges al chofer, qué riesgo podía correr tomándose un bondi en un país que es casi primer mundo. Bondi entonces.

La parada estaba a una cuadra pero no había hecho diez metros y se vio rodeado por cuatro dikembes mutombos que se le acercaron tanto que podía sentirles el aliento a murciélago recién desayunado. Mameluco se dio por afanado antes de que le dijeran una sola palabra. En un inglés poco claro le pidieron amablemente que les entregara todo el efeté que llevaba encima. O sea todo.

Mameluco les respondió que sólo tenía pesos argentinos y trató de explicarles que si acá ya no valen una mierda mucho menos allá. Los morochos se miraron entre ellos y Mameluco entendió que si seguía hablando, además de afanarlo lo iban a dejar sin invicto. Igual hizo un último intento gritando bien fuerte los nombres de Maradona y Messi. La cosa parecía mejorar porque los morochos sonrieron y asintieron con la cabeza. Por unos segundos se creyó salvado pero al toque lo levantaron entre los cuatro y le manotearon el fajito que guardaba secretamente en una de esas riñoneras que van por adentro de los lienzos. Los morochos se alejaron haciendo pulgar para arriba y gritando los nombres de Messi y Maradona.

Mameluco caminó las ochenta y siete cuadras que lo separaban de la posada y pudo ver en tele blanco y negro el resumen del primer partido de la selección.

Hay más de Mameluco en tierra sudafricana pero no da poner en un mismo post todo lo deprimente que tuvo que bancarse. Será la próxima.
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17 comentarios:

  1. Grande Pluma reloaded!!!! volviste con todo!!! que jugador este mameluco obvio queremos mas!!!

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  2. jajajajaaa!!! buenisimoooo.

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  3. Saludos a memeluco desde Pretoria mietras espero el partido contra los alemanes!!! Espero no cruzarmelo por aca!! jajaja.

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  4. Buen regreso Pluma, esta excelente!

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  5. Te pasaste pluma!!! pelopincho de patio me mato!! jajajjaja!

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  6. pucha!! pense que Mameluco habia visto algun doparti!!...que te mande el informe el sabadomismo Pluma!!

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  7. Murciélagos??? desde cuando sabes tanto sobre costumbres culinarias de los arficanos???? jajaja! muy bueno el relato!!!

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  8. Muy pero muy bueno JPP!!! quien no toco alguna vez el pianito en una comisaria no??

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  9. Yo siempre que toque el pianito desafine... cuac!

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  10. Che queremos foto de Mameluco, un genio.

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  11. Gran jugador Dikemmbe Mutombo pero poco agradable encontrartelo en la calle! muy bueno todo el relato especialmente la descripcion del gordo barrabrava, muy grafico lo tuyo!!

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  12. Si fue a Australia Mameluco, obvio que no va a presenciar ningún partido del Mundial de Fútbol!!!!

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  13. Un personaje de lo mas simpatico el amigo Mameluco eh!! creo que ya se ganó el poster del matador. Ah, no entendi lo del comentarista anterior que habla de que Mameluco anduvo por Austrialia, me perdi esa parte...

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  14. ..."Mameluco estaba como con una ansiedad difícil de disimular, pero la emoción por rumbear para el "país de los canguros" se le fue antes de terminar el primer tramo de los ocho trasbordos que tenía ese vuelo de promoción. Eran casi todos argentinos y aquello no le pareció tan diferente a tomarse el charter sin habilitación que hace Retiro Aldo Bonzi"....

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  15. Listo, corregido. Igual te digo, anónimo botón: me dice Mameluco que en Pretoria hay un zoológico que tiene un par de canguros.

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  16. muy bueno pluma!decime que Mameluco estuvo en Brasil-Holanda. Queremos ese informe!!!!!!!!!!!

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