Me dieron salsa golf



Mi viejo es un buena onda total, pero ese día creí que me pasaba por la máquina de picar carne.

Era la primera vez que con la familia a pleno nos íbamos de vacaciones a La Cumbre, hace más de veinte años. Buen lugar para ir en familia, se lleva un ocho choris sobre diez.

Nos fuimos los once en la combi, viajecito de doce horas parando veintisiete veces porque la prueba baño sincronizado no existe.

Recién llegados, me desayuné que la vieja de unos amigos me había anotado en un torneo de golf que era al día siguiente. Yo en mi vida había tocado un palo. Ni con un palo.

Al viejo le pareció plan copado porque es un fanático incurable del golf y de yapa pegó de entrada programa para uno de los nueve. Redondito.

Madrugón, desayuno liviano y a los links. Cero nervio porque ni siquiera conocía las reglas.

La casa estaba a unos diez minutos del club así que el viejo aprovechó para darme una clase acelerada. Que el drive para pegar largo, que el hierro cuanto más abierta la cara más levantás la bocha, que si vas a la arena no podés apoyar el palo, que ojo con hacerle fuerza o sacarle la vista.

No registré nada de lo que me dijo.

Llegamos sobre el horario de salida y ahí estaba mi contrincante con una bolsa de palos tres veces la mía y un conjuntito de chomba más lompa pinzado más zapatos de golf Lacoste. Y yo con mi remera heredada, un jean diez centímetros sobre el tobillo y las Topper no reforzadas que eran igual de berretas que ahora pero salían dos mangos porque no era cool usarlas.

Me detuve en el guante al cuerpo que el pibe llevaba en una de las manos. El boludo se olvidó el otro, me acuerdo que pensé.

Por suerte el flaco salía antes que yo. Así pude ver que para el primer tiro la pelota se pone arriba de una especie de honguito que se clava en el pasto. También aprendí que el palo no se agarra como si fuera un hacha y que el swing es un movimiento armónico que nada tiene que ver con entrarle a la número cinco con ojos cerrados y dientes apretados.

Le pegó con gran sutileza y en una décima de segundo perdí de vista la pelotita. Mi turno.

Le pifié el primero y el viejo me batió papa aérea. Instintivamente miré para arriba. Primeros murmullos.

Después de cuatro golpes y otros tantos malogrados alcancé la línea del rival, que ya a esa altura se mordía los labios para no largar una carcajada.

Completamos el primer hoyo y no era difícil leer en la mirada del viejo algo como que tal vez habría estado piola practicar un par de veces antes de lanzarse. Pero ya estábamos jugados.

Si en el segundo hoyo hice menos tiros que en el primero fue porque era mucho más corto.

Para el sexto hoyo ya no daba más. Descubrí músculos que nunca había usado y además había caminado el doble que el otro flaco porque yo zurcía la cancha de lado a lado y el cachorro de Tiger iba derechito.

Lo del viejo fue para aplaudir. Hasta ese momento no creía que alguien pudiera ser tan malo. Y mucho menos que ese alguien fuese su hijo. Pero se la bancó tranqui y seguía dando instrucciones que yo no seguía.

Creí que esa procesión interna iba a estallar cuando llegamos al green del penúltimo hoyo. Después de tres golpes logré salir de la arena y quedé en inmejorable posición para terminar un hoyo por primera vez con score de una sola cifra. El viejo me miró fijo.

Tranquilizáte y practicá el tiro detrás de la bocha, para calcular la fuerza.

Lo hice. Mientras hacía el swing de práctica lo miraba a él porque me seguía dando consejos. La pequeña desconcentración me llevó a golpear la bocha con la punta del palo, con la suficiente fuerza como para mandarla al pozo de arena que estaba del otro lado.

El viejo no dijo ni mu. Se lo impedía la especie de protuberancia que apareció repentinamente en uno de los lados de su cuello mientras la cara adoptaba una tonalidad rojiza importante. Silencio estoico.

El torneo era de nueve hoyos. Mi rival terminó llevándose el primer lugar con record de golpes. Mi score final también fue record.

Me quedé a la entrega de premios porque esperaba recibir algo. Por lo menos un reconocimiento como le pasó a Eric Mussambani, el africano que en su puta vida había visto una pileta olímpica y se largó a competir en los cien metros libres en Sydney 2000. Casi se ahoga.

Tuve que conformarme con el licuado y el tostado que me compró el viejo que para ese momento ya había recuperado la compostura.

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Mini glosario para los que no tienen NPI sobre golf:

Tee: no es una infusioon, es el honguito donde se pone la bocha en la salida de cada hoyo. Cuando la cancha está seca, clavar el tee es un deporte aparte.

Swing: nada que ver con prácticas de intercambio non sanctas. Es el movimiento que hace el golfista para darle a la redondita.

Birdie, águila, albatros: términos que conozco sólo en su faceta teórica. El primero es hacer un golpe menos de lo que suele hacer un profesional. El segundo, dos golpes menos. Y el tercero, tres golpes menos. Uno está más familiarizado con los bogey, doble bogey, etc (uno más, dos más, etc).

Pull: es cuando le das con gancho y la bocha sale con comba terrible hacia la izquierda. Slice es igual pero para el otro lado. Casi que no sirven para un carajo porque en el golf no hay goles olímpicos.

Bunker: no te lo vas a encontrar al pingüino Gregorio ni a ningún otro político esperando resultados electorales. Es el pozo de arena donde no se puede apoyar el palo, como si apoyándolo uno fuera a hacer menos de catorce golpes para salir.

Hoyo 19: muchos se habrán quedado con la imagen del flaco que salió en tarlipes en el abierto británico, con un cartel en la espalda que tenía una flecha hacia abajo y la inscripción Hoyo 19. Por las dudas aclaro que la verdadera acepción es tomarse algo después de jugar.

Hoyo en uno: meterla en el hoyo en el primer golpe. Si te toca hacerlo en torneo amateur, la costumbre es que tengas que garparle tragos a todo el club. Y suele prenderse hasta el ordenanza. Conviene sacar un seguro de hoyo en uno, para poner un tope. Yo nunca lo saqué.

Green: no se refiere al médico buena onda de ER Emergencias que palmó mientras vacacionaba con su amiga, también médica, en el caribe. ¿Alguien sabe cuándo arranca la nueva temporada? Sorry, me colgué. El green es el pastito corto que rodea al hoyo.

Approach: lo que muchos en la jerga del levante lo usan como sinónimo de arrimar el bochín, en el golf se refiere a los golpes cortos que se hacen cerca del green y que sirven, precisamente, para acercarse al hoyo.

Caddy: es el flaco que sabe mucho más de golf -y que juega diez veces mejor- que su cliente, pero que por necesidad tiene que acompañarlo, llevarle la bolsa, bancarse sus delirios de grandeza, mirar dónde cae la bocha para que no se pierda, y decirle qué conviene hacer para que no le hagan caso.
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15 comentarios:

  1. Excelente historia JPP. Gracias por el glosario, siempre se aprende algo nuevo... Aunque para mi, el Golf tiene demasiadas reglas y poco olor a chori y Ratisalil.

    Abrazo!

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  2. Muy bueno!! Y lo mejor el glosario de términos con toque casero ... olvidaste aclarar que si bien el amateur paga los tragos, cuando es profesional la cosa - estilo USA - se lleva un buen regalo de sponsor ... por lo general algún auto para el fin de semana ... Abrazo!! PP

    PD: y ya que sale el tema del golf ... tenés que volver a los links!

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  3. JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!!

    Perdón, se me congelaron los dedos!!!!
    Sin palabras...excelentes definiciones, sobre todo el caddy y el seguro para hoyo en uno.

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  4. Muy bueno Juampi, a ver di puedo de una buena vez, dejarte un mensaje..
    DG

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  5. juajaaaaaa!! me mató el glosario muy util para los que efectivamente no tenemos NPI (ni puta idea?) sobre este deporte de garcas y tilingas, jaja!
    muy bueno, saludos!

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  6. Buenisimo!!!!!! Como me reí y eso que son las 7 de la mañana!! Juaaaaaaaaaa Muy bueno!

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  7. Fierro tambien deberías sacar un seguro para hoyo en uno!!!!!!

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  8. Muy bueno Juampi,hablando de golf, mirate este videito del drive que pego Kim Anthony !!

    http://www.youtube.com/watch?v=5WGHEr97WbA

    Abrazo , Matt.-

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  9. Como siempre, muy buena descripción. Y como yo veraneaba por esos lugares allá por el ´87, ´88 me acuerdo perfectamente de la cancha, pero no recuerdo haberte visto. Si veía a tus tíos fanáticos.
    Tenemos que preparar el torneo de nuestra camada, ya somos varios.
    Abrazo
    Axel

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  10. Tremenda narración. En que quedó esa horganización que se iva a haser a la playa para jugar al golf??
    Saludos,

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  11. Punga, sé que llevás el fulbo en el alma, pero conozco a varios como vos que decían lo mismo hasta que agarraron un palo y sintieron el placer de pegarle derechito.

    Pablo, vos sabés que entre mis pendientes está el de volver... estamos en eso.

    Fierro, seguís encerrado entre cuatro paredes? vi que aflojó un poco pero el tornillo debe de ser importante.

    DG, sé que lo tuyo no es la tecnología pero perseveraste... y triunfaste... nos estamos viendo por el barrio, abrazo.

    MC, garcas hay también entre quienes no juegan al golf, vos no jugás no?

    Anónimo 1, no es raro reírse a las siete de la matina, sobre todo si estás volviendo a tu casa después de salir de rotation.

    Anónimo 2, fierro juega al golf?

    Matt, gracias por el video, un baño de esperanza para el común de los mortales.

    Cabe, seguro que ibas en enero, nosotros fuimos toda la vida en febrero. abrazo, y cuando quieras la armamos!

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  12. Tal cual lo del caddy y muy triste a la vez porque ellos mismos podrian estra jugando y en cambio tienen que soportar que en general no les den pelota y los destraten.
    Muy buen relato!!

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  13. un poco tarde para venir a leerlo, es que estoy de vacaciones jejeje. Me vienen muy bien las definiciones para entender a PP jajajjaja!!
    muy buen relato! thks!

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  14. IMPECABLE, soy insistente, pero a medida que avanzamos en esto mejorás relato a relato... con la de "pull" creí que ibas a empezar con "no es la mesa de pana verde..." jajaja, muy bueno, Enzo !!!

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  15. cavernícola, hay pibes que salen a jugar con un caddie y no le hablan en toda la vuelta, increíble.

    saraza, si estás de vacaciones probá agarrar un palo, no lo largás más... pero hacélo sin testigos.

    gracias gordo querido, birra pendiente todavía.

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