Nos están matando


Me bajo del tren con paso acelerado. Se me hizo tarde en el laburo y sólo quiero llegar a casa porque me está esperando la tropa.

Salgo de la estación y me sale al cruce una manifestación que me corta el paso. No son una guarangada de gente pero suman, y por eso hay cámaras.

La masa pide justicia para el pibe que fusilaron a sangre fría por el pancho y la coca. Sus amigos lo lloran, sus familiares están desconsolados. Los vecinos se arrimaron con pancartas y hacen un abrazo simbólico que consiste en agarrarse de las manos y armar un gran círculo. Silencio total, no vuela una mosca y a mí me corre un frío violento por la espalda.

Me meto entre la gente porque tengo que cruzar, no me queda otra. Pero me freno y me sumo. La señora que tengo al lado me ofrece la mano. Amago hacerle un ole pero en dos segundos me convence con la mirada. Le doy la mano. La señora andará por los sesenta y pico, y es madre, porque tiene mirada de madre, de eso no tengo dudas. La señora llora, pero llora para adentro, con una mezcla de bronca, resignación, tristeza. Nos están matando, me dice entre dientes.

Nos están matando. Parece una frase cliché, es una frase cliché. Pero escuchada en ese contexto de tanta sensibilidad, me lleva a hacer un toque de empatía con quienes se ven obligados a cambiar los planes de un día para otro. Hoy, en este momento, el chico asesinado tendría que estar volviendo de la facultad o poniéndose los cortos para darle a la redonda con los amigos que ahora lo están llorando. En cambio, está guardado adentro de un estuche de plástico y su familia no sabe cómo carajo se las va a arreglar para salir adelante.

Termina el larguísimo minuto de silencio pero la señora no me suelta. La madre que hace pocas horas vio morir a su hijo sin poder hacer nada, ahora enfrenta a las cámaras. Dice que si los asesinos salen libres ella se va a ocupar de poner las cosas en su lugar con sus propias manos. Su hija, ahora hija única, parece no entender bien lo que pasó. Parece, porque cuando agarra el micrófono se manda un discurso que me hace temblar las piernas.

Hay un personaje parecido a José Larralde que le grita a las cámaras que él paga sus impuestos y que va a ir a la municipalidad a exigir que alguien dé la cara. Grita como fuera de contexto y rompe ese clima de velorio comunitario. Algunos lo torean y lo alejan del lugar.

Yo sigo en formato reflexivo. Al pibe lo mataron, eso es dato. Que los medios agranden es anécdota. El pobre está en una bolsa y sólo va a salir de ahí para que lo metan cinco metros bajo tierra. Pienso lo mucho que nos cuesta poner la bocha bajo la suela y ser concientes de que esto le puede pasar a cualquiera. A cualquiera. Imposible blindarse contra tanta locura. Esta familia tiene perro, alarma, portón automático y no sé cuántas otras medidas de seguridad.

Sigue hablando la hermana y por un momento la conozco. Está hablando sobre lo mucho que va a extrañar a su hermano, que por un momento es mi amigo. A cualquiera.

La señora a mi lado parece una estatua. Me aprieta firme la mano cuando la gente se anima a un canto por el que ya no está. La lágrima rebelde le sale con los tapones de punta y la pobre mujer me pregunta si tengo hijos. Sí. Me pide que no termine mi día sin abrazarlos. Que los abrace por mí y en nombre de una madre que nunca más, nunca más en su vida, va a volver a abrazar a su hijo.

La saludo con un nivel de afecto poco común en mí, me salió así. No le pregunto porque no da, pero me queda la sensación de que esta película de terror ya la tuvo a ella de protagonista alguna vez. Me voy con la angustia de no saberlo posta.
.

18 comentarios:

  1. La verdad que da bastante miedo la "sensación de inseguridad"...

    ResponderBorrar
  2. jpp, q bueno q está! pero q jodido vivir con el moñito todo el día...

    ResponderBorrar
  3. No importa tanto si fue protagonista o no, el tema es que TODOS somos protagonistas. Y no sólo de la inseguridad, sino de todo lo que está pasando en nuestro país. Acá hay un tema de fondo muy profundo que tiene que ver con educacion y trabajo, con encontrarnos y laburar todos juntos con un mismo objetivo, mejorar este ispa.
    Un dato curioso, para mi, es lo solidario que somos frente a este tipo de situaciones, y cómo no nos podemos juntar para trabajar juntos por el bien común. Seguimos prefiriendo salvarnos individualmente.
    Uf, esto da para horas de diálogo.
    Un dato más, desde que nací no viví un gobierno como la gente: Militares, Hiperinflación, 1 a 1, Alianza, multipresidentes, K.

    ResponderBorrar
  4. Este problema demuestra lo que está pasando en argentina. Los izquierdistas marxistas disfrazados de luchadores por la libertad de a poco van ganando posiciones, ya tomaron el poder ejecutivo, están en el poder legislativo(la ley de radiodifusión lo demuestra), y con la reforma del consejo de la magistratura dirigida por dos personas contrarias al derecho como Diana Conti y Carlos Kunkel (delincuente donde los haya) van copando el poder judicial, dando lugar a una justicia ideologizada y que busca la apología del delincuente. Yo estoy lejos, pero los que están en Argentina deberían implicarse a fondo para revertir la situación, es la única forma de cambiar esto. No votar a unos miserables unicamente porque se tienen dos mangos mas en el bolsillo.

    ResponderBorrar
  5. muy bueno pluma!!
    acá el problema es que no se ve el horizonte, va a seguir pasando y alguna vez nos tocará de cerca... ojala me equiovoque

    ResponderBorrar
  6. Muy bueno el relato Juampi. Edu González Godoy: "Izquierdistas marxistas"??? Vos tenés idea lo que estás diciendo? En tal caso la izquierda marxista vendría a ser lo que es hoy el Partido Socialista (que NADA tiene que ver con el FPV).
    Las categorizaciones ridículas son el principal obstáculo artificial que generamos en la búsqueda de la unidad. Terminemos con todo aquello que nos separa...cuanto antes.

    ResponderBorrar
  7. Decir lo que pasa no soluciona nada, decir quien hace y no hace no soluciona nada, creer que tenemos todas las respuestas que explican la realidad argentina no soluciona nada...
    Una pregunta: que podemos hacer nosotros? si buscamos la respuesta a esa pregunta y lo hacemos valdrá mas la pena las reflexiones. Ojalá que nosotros demos respuestas no con palabras sino con hechos. Opinólogos sobran
    Saludos,
    José M Pizarro

    ResponderBorrar
  8. esta muy bueno, relato atrapante.
    "imposible blindarse contra tanta locura", definicion impecable. mi sensacion es que no hay nada que hacer salvo rogar para que no nos toque.

    ResponderBorrar
  9. El tema es super complejo en cuanto a su causalidad y en cuanto a sus soluciones. No creo que la respuesta sea única, sino que tiene que ser institucional y cuando me refiero a institucional, me refiero no sólo a las instituciones, sino a la gente, a cada uno que asuma un compromiso con todo lo que ello implica en cuanto a resignaciones personales y a participaciones activas. Pero, como todo sistema complejo de soluciones, tiene que tener una coordinación con una clara idea de cuál es el juego. Lamentablemente, aquí no hay ni una clara idea, ni ganas de jugar todos el mismo juego, sino un mundo lleno de egoísmos, negocios, privilegios, amiguismos y conveniencias. Dentro de ese contexto, cada uno de aquellos a los que realmente le interesa una solución y no su conveniencia, trata de hacer lo que puede...obvio que no es suficiente. Imaginate de ahí en más encontrar alguien (claro que no me refiere a una sóla persona) que coordine la idea adecuada, la sostenga en el tiempo (nunca vamos a ver resultados inmediatos) pese a las estructuras de poder y tenga el carisma de convencer a los demás, sin marearse en ese esquema. Creo, además, que ello no es posible si seguimos aferrados a los miedos del pasado en lugar de que ello nos sirva de experiencia. Como el divorciado, o no se casa más por temor a una nueva frustración o capitaliza lo vivido (te imaginarás que me siento muy identificado con esta última no?...jajjjajaja)

    ResponderBorrar
  10. excelente relato... leo y me siento ahí entre la gente... es terrible lo que esta pasando y mas terrible saber que no hay solucion a la vista...

    ResponderBorrar
  11. Muy bueno. Me gustó mucho. Lo que no termino de entender es por qué se politizó tanto. Lo que le pasó a esa madre es lo que le puede pasar a cualquier otra en cualquier lugar del mundo, sin importar las estadísticas: con que le pase a una en un millón es dolor suficiente. La vida no es justa en ningún lado y nadie nos vendió que lo fuera. Acá será la inseguridad, allá las catástrofes naturales. La pérdida de un hijo es inconsolable siempre; es un agujero en el medio del pecho. P.M.

    ResponderBorrar
  12. Se está poniendo jodido Tigre... Últimamente aparece demasiado en Policiales. JPP, que triste la historia, y que bueno el relato.

    ResponderBorrar
  13. mano dura y derecha a ultranza. Que bueno sería un poco de eso al menos por un tiempo, ¿no?.
    A seguir resignado a estos satrapas delincuentes que salen en media hora por falta de voluntad política. y, como no hay nadie que diga las cosas como corresponde, terminamos enalteciendo a un nisiguiera ingeniero que no hace más que dejar todo peor que como estaba, con propuestas que le sobran dolor pero les falta cerebro.
    Salud argentinos, a beber mientras podamos, que la justicia en este país no existe desde hace tiempo.

    ResponderBorrar
  14. ¿Mano dura es la solución? ¿Derecha a ultranza es la respuesta mágica?
    Lamentablemente no tengo respuestas a lo que todos plantean, al dolor, a la terrible pérdida, a la violencia... pero dudo francamente que la "mano dura" solucione o pacifique nada... Eso seguramente está afirmado desde un lugar más o menos cómodo que legitima el discurso que no hace más que seguir violentando las cosas.
    Me da mucha tristeza la gente que tranquilamente declama "yo pago mis impuestos", esperando una retribución por lo que es un deber y ufanándose de tal cosa. Siento que hoy más que nunca nuestras responsabilidades como miembros de esta sociedad es aumentar el compromiso, construyendo para pacificarnos un poco, dejando de inventar separaciones ridículas y reencontrándonos con los otros.
    Y una última opinión: creo que ya no se puede simplificar la inseguridad a "esos negros ladrones y asesinos". Seamos críticos, pero desde el compromiso...
    Saludos,
    Cecilia

    ResponderBorrar
  15. cuando te ponés serio para escribir me parece que te sale mejor, muy bueno

    ResponderBorrar
  16. ante todo feliz cumpleaños nro 35, artífice de cuentos.
    Respondiendote cecilia, si bien no puse en mi opinión que yo pago mis impuestos, lo hago; y eso si bien es un deber, me da muchos derechos también.
    Derecho a circular libremente, derecho a que no me maten un hijo, derecho a la salud y muchos otras cosas que el estado no me proporciona. El deber de pagar impuestos no es solo un deber por el deber mismo, sino que es una forma de generar ingresos para solventar lo que en teoría deberíamos tener y no nos dan.
    La posición cómoda a la que aludis, como bien decis puede existir o no pero en mi caso como en el de muchos otros se basa en el esfuerzo de numerosas horas diarias que le dedicamos a eso. La opción de robar, matar, etc. es mucho más rentable y simple pero por principios preferimos no hacerla.
    La justicia no es solo la justicia social a la que muchos hacen referencia. Todos tenemos derecho a la dignidad y muchas cosas básicas que por desgracia mucha gente no tiene. Pero eso no les da derecho a robar y menos aún a matar.
    Me gustaría ver si estando en ese dolor de la madre que le mataron el hijo (por una bicicleta o así sea un rolls royce) seguimos pensando en si nuestra posición es cómoda o si los impuestos son solo un deber para quien los paga...

    ResponderBorrar
  17. me había salteado esta pluma, me quedé sin palabras y para los comentarios, sin ídem.

    ResponderBorrar